Cómo el Live Shopping impulsa, no compite, con el comercio minorista tradicional

En el panorama del comercio minorista en rápida evolución, el comercio en vivo se ha convertido en una innovación fundamental, que está remodelando la forma en que las marcas interactúan con los clientes. A menudo descritas como el futuro del comercio minorista, las compras en vivo no reemplazan a las tiendas físicas, sino más bien una herramienta complementaria y económica que anima a los consumidores a visitar ubicaciones físicas después de una presentación virtual inicial.

En el Reino Unido, las compras en vivo aún se encuentran en sus etapas incipientes, y solo unos pocos cientos de marcas las utilizan de manera constante. Sin embargo, su potencial es inmenso y se prevé que alcance más de £5 mil millones en participación de mercado para 2025. Esta trayectoria de crecimiento se ve impulsada por una mayor conciencia y la adopción de mejores prácticas en el campo.

A pesar del creciente interés, los directores ejecutivos y los líderes minoristas son claros: las compras en vivo no reemplazan a las tiendas físicas. Más bien, sirve como puente entre los ámbitos digital y físico, mejorando la experiencia minorista en ambos. Por ejemplo, los minoristas pueden crear un momento de “botón rojo”, aprovechando los canales digitales para beneficiar tanto al comercio minorista en línea como fuera de línea.

Si observamos a los minoristas establecidos como Marks & Spencer, se predice que integrarán programas de compras en vivo en las redes sociales en su ecosistema digital para 2024. Esta integración reconoce el cambiante panorama minorista, donde las compras en línea, que eran casi inexistentes en 2001, ahora representa una parte importante del gasto minorista en el Reino Unido. Las compras en vivo, con su capacidad de forjar conexiones personales que no son posibles a través de imágenes estáticas de productos, son una extensión de esta evolución digital.

La efectividad del live shopping queda patente en sus resultados. Por ejemplo, Sprii ha sido testigo de una tasa de conversión de ventas del 60% a partir de compras en vivo, superando con creces el promedio de la industria del 2-3%. Esta alta tasa de conversión resalta el potencial de las compras en vivo para mejorar la retención de clientes y reducir la necesidad de que las marcas busquen constantemente nuevo tráfico web.

Las compras en vivo también complementan los métodos minoristas tradicionales, fomentando una relación simbiótica entre diferentes canales de compra. Como las compras en línea han cautivado la atención de los consumidores durante las últimas dos décadas, las compras en vivo ahora los devuelven a las tiendas físicas, de manera similar a cómo las tiendas temporales complementaron el comercio electrónico en la década de 2000.

Las estrategias omnicanal son imperativas en esta nueva era del comercio minorista. A medida que la demografía de los consumidores, en particular la Generación Z, integra cada vez más los teléfonos inteligentes en su experiencia de compra, los minoristas deben adaptarse a estos cambios. Las compras en vivo brindan control a los minoristas, permitiéndoles retener datos, ser dueños del recorrido del cliente e impulsar ingresos incrementales sin depender de plataformas basadas en comisiones.

El futuro del comercio minorista pasa por la armonía entre los diferentes canales. Se anima a los minoristas a adoptar las compras en vivo en 2024 para adelantarse a las expectativas de los consumidores. Esto requiere un giro estratégico en talento, marketing y tecnología, pero las recompensas son sustanciales: mayores ventas, diferenciación de marca y lealtad.

En 2024, las compras en vivo despertarán a las marcas a nuevas posibilidades. La intimidad de los espectáculos en vivo permite la transmisión de valores, mensajes y narraciones de una manera que las páginas web estáticas no pueden. Proporciona interacción en tiempo real y conexiones personales, ofreciendo una descripción más interesante y precisa de productos y servicios.

Las compras en vivo no amenazan al comercio minorista convencional; en cambio, lo fortalece. Permite que las marcas establecidas brillen al mismo tiempo que brinda oportunidades para los recién llegados disruptivos. A medida que los canales digitales y físicos se entrelazan, las compras en vivo rompen el supuesto de un juego de suma cero en el comercio. Presenta un escenario en el que todos los canales pueden prosperar, combinando creativamente enfoques minoristas antiguos y nuevos.

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